Los lambrines WPC destacan como una de las opciones más sobresalientes para tus proyectos. Con su acabado que simula la madera y la robustez de sus materiales, proporcionan una estética superior junto con numerosas ventajas en términos de versatilidad y durabilidad.
Durante el proceso de instalación, pueden surgir interrogantes que, de no abordarse correctamente, podrían comprometer tu inversión. Por esta razón, hoy te ofrecemos una guía detallada sobre todo lo que necesitas saber para una instalación exitosa.
Características y especificaciones de tus lambrines
Los compuestos de madera y plástico (WPC, por sus siglas en inglés) ofrecen una alternativa más liviana y versátil en comparación con los pesados tablones de madera. Sin embargo, al planificar tu proyecto, es muy importante tener en cuenta ciertos cuidados y precauciones.
Es fundamental reconocer que existen modelos de lambrines diseñados exclusivamente para interiores, ya que su resistencia a las condiciones climáticas es limitada, aunque suelen ser más livianos como compensación. Si optas por un acabado con este material, asegúrate de que cumpla con los requisitos para resistir las condiciones del espacio. Además, considera si tu proyecto requiere la instalación de ángulos adicionales debido a sus características específicas.
Aunque la ligereza de los lambrines los hace más versátiles que la madera, es importante tener en cuenta que no pueden soportar la misma carga que este último. Por lo tanto, evitar instalar elementos pesados sobre ellos, como pantallas de televisión, ventiladores o espejos. En su lugar, deja el área del muro sin revestir para una instalación directa sobre la superficie.
Otro aspecto importante, es la instalación adecuada para lograr un resultado de calidad. Aunque existen varios métodos de instalación apropiados para este tipo de lambrines, es fundamental que la superficie de instalación sea lo más sólida posible para garantizar estabilidad y un acabado óptimo.
¿Cuáles son los métodos de instalación?
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Instalación con pijas
Este método da la firmeza necesaria para lograr un acabado de mayor calidad con el material. No obstante, es muy importante que evalúes si las características de tu muro lo permiten, ya que en ciertos tipos de muros, como el concreto sólido, este método puede no ser factible.
Además, considera que incluso si este método es adecuado para la superficie de tu proyecto, es imprescindible asegurarse de que la superficie esté completamente plana y nivelada. De lo contrario, cualquier irregularidad en la pared podría manifestarse en el acabado final.
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Bastidor de acero
Es una gran opción para la mayoría de las superficies, ya que proporciona las condiciones adecuadas para una instalación exitosa. Ofrece una excelente sujeción en muros de casi cualquier material, ya que el bastidor se fija con taquetes a la superficie, permitiendo luego la instalación de los lambrines sobre este bastidor utilizando pijas. Además, esta técnica ayuda a evitar que las imperfecciones del muro afecten la instalación, garantizando un acabado más uniforme
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Uso de adhesivo
Una de las opciones de instalación más convenientes es el uso de adhesivo, ya sea de construcción o epóxico, pero es crucial garantizar que el espacio reúna las condiciones adecuadas para este método. En primer lugar, la superficie debe estar nivelada, ya que no se recomienda su uso en exteriores debido a que las condiciones climáticas podrían afectar la adherencia de los materiales.
Es esencial tener en cuenta la altura del área a cubrir; en espacios con una altura considerable, esta opción no es recomendable, ya que podría incrementar los costos de instalación. Una de las desventajas de la instalación con adhesivo es que requiere una cantidad considerable de material para superficies grandes.
Aunque el montaje con pijas o sobre un bastidor lleva más tiempo, ofrece una mejor sujeción. Este último método es muy recomendado para instalar a cabo en áreas pequeñas, como recubrimientos frontales o laterales de barras, donde se requiere precisión y estabilidad.
